martes, 7 de octubre de 2008

COR* BORN TO DIE

Hay veces en que la vida nos demuestra lo importante que es respirar y sentir en cada momento sin importar cuan difícil sea para la gente entender el por que reímos y soñamos al ver la lluvia, al sentir la brisa y la tierra en los pies, esto lo sentimos en especial cuando la vida nos da una segunda oportunidad de reír, de sentir, de cantar o incluso de cometer errores, sin embargo imaginen poder ver a todas y cada una de las personas a las que la muerte les pide las cuentas.

Yo nací a los 25 años de mi madre mientras ella yacía en la cama de un hospital en coma, todos creían que moriría y sin embargo yo me desarrolle perfectamente en su vientre y nací el 21 de Noviembre el día exacto en el que por alguna razón mi Mamá salio de su coma diabético y siguió adelante con su vida criándome de una forma u otra, todos en mi familia decían que yo era el milagrito de la vida y otros comentarios de ese tipo a mis padres.

Ese mismo día me bautizaron bajo el nombre de Cor Fletcher Adams, nombre que llego de la inspiración del momento, como mi madre se había mantenido en cama durante 7 de sus 9 meses de embarazo Cor término siendo el nombre elegido.

El principio de mi vida, hay que dejarlo claro, fue como el de cualquier bebé, hasta los siete u ocho meses en los que no dormía nada en las noches y solamente lloraba con amargura mis padres totalmente preocupados por todo esto me llevaron a médicos, durante aproximadamente un año los doctores decían uno por uno que yo era una niña sana y que en unos años mis padres se darían cuenta de que era muy inteligente.

Dos años después empecé a hablar lo que fue bastante después de lo que todos esperaban, lo único que sabia decir a esa edad eran 4 palabras:
Dormir, café, negro y Luz, pero poco a poco aprendí cosas muchísimo mas complejas, a los 5 años yo ya dominaba perfectamente las capitales de todo el mundo, los nombres de todas las lunas de Júpiter y todos los huesos del cuerpo humano, pero era una niña introvertida, siempre, por una razón u otra me vestía de colores obscuros, sin vida, prefería escuchar música clásica a la contemporánea, mi mamá lo vio como simples signos de mi gran inteligencia pero no sabía que realmente eran mucho mas que eso.

Mi papá siempre había notado que a pesar de que siempre estaba apartada el era en la única persona en la que confiaba totalmente, teníamos un lazo muy fuerte y el sabia que yo seguía sin dormir, solía dibujar funerales, gente muy triste, mariposas con alas rotas y cosas así, pero sin siquiera saber lo que era la muerte ni lo que era un funeral, solo sabia que a diario soñaba con gente que caía dormido en el suelo o en sus camas o en distintas formas, luego veía a la gente llorando y me despertaba, no volvía a dormir, hasta que un día soñé con que quien dormía era mi abuelito, de parte de mi papá llegue corriendo a su cuarto helada y le conté todo, al día siguiente mi abuelito apareció muerto en su cama tal como yo lo había soñado, mi papá me saco del cuarto me beso en la frente y me dijo que nunca tuviera miedo a pesar de cualquier cosa que pudiera soñar o ver, salimos de hay y fuimos al funeral, nadie me explico la muerte pero de una forma u otra yo sola me la explique, sabia que causaba dolor a los que no la sufrían pero la veían en un ser amado y miedo a los que estaban a punto de sentirla, mi papá me dijo también que nunca contara lo que veía a la gente por que tal vez los desubicaría bastante y menos a mi mamá que ya había sentido ese miedo de cerca.
Yo seguí creciendo nunca tuve amigos, a mi mamá le preocupaba, mi papá lo entendía, aun vestía de negro y café, hablaba muy poco y hubo un cambio muy importante en mi, a los 7 años por fin deje de soñar con gente que moría, empezaba a soñar con cosas distintas pero jamás cosas que me alegraran, de echo la alegría no la sentí hasta los 14 años, pero lo importante en todo esto no es eso si no que ahora simplemente veía a la gente que iba a morir como en una visión.

Siguió pasando el tiempo y… no se como explicarlo… después de tener la visión del muerto o muerta llegaba hasta el lugar de los hechos y lo presenciaba todo, yo no lo sentía como algo malo, yo en realidad lo veía como la razón de mi vida… para explicarme mejor era mi trabajo observar que todo saliera bien, esto empezó a suceder cuando tenia cerca de 10 u 11 años.

Mi problema fue llegados ya los catorce años, todo paso muy rápido por los primeros días de Enero acababa de despertar hacia mucho frió o más bien mi cuarto estaba muy frió, yo sabia muy bien por que, sabia que alguien a quien quería mucho iba a morir, había sentido lo mismo cuando mi abuelito murió, el problema es que no sabia quien, vi a mi alrededor, todo estaba completamente helado, mi vaso de agua se había vuelto hielo, las ventanas también tenían hielo, me levante, el suelo estaba frió camine hasta la ventana y la abrí, había sol afuera, espere a que el cuarto se calentara y mientras tanto baje a desayunar.

Picote la comida, aun no tenia ninguna visión, pensé en quien podría ser, tenia que ser a alguien a quien yo quisiera mucho, por que el cuarto estaba helado, ese día había tenido un sueño en el que corría lo más rápido que podía en una casa en llamas pero jamás encontraba la salida…

Deje mi plato y volví a subir para ver si mi cuarto ya se había descongelado, en efecto ya todo estaba tibio y el agua de mi vaso se había derretido parcialmente, pero aún sentía mucho frió tome un suéter de mi closet me lo puse sobre los hombros, espere a ver algo en mi mente, a alguien muerto, quería disfrutarlo, era adicta a mis visiones, me hacían sentir alguien que nunca había sido, pero que era parte de mi, alguien a quien los mayas llamaban AhPuch y para mi siempre fue Cor, así lo sentía, yo era la muerte y la muerte era yo talvez no era cierto, también estaba muy conciente de que algún día tenia que morir.

Espere un poco me acosté en mi cama saque una pequeña navaja de mi cajón y me hice una pequeña incisión en la palma de la mano, era el primer día en mi vida desde que tengo memoria en el que ansiaba y a la vez no deseaba tener una visión, veía mi sangre fluir lentamente de mi mano, agrande un poco mas el corte, me dolía pero muy poco pero más bien me animaba , me levante de nuevo, saque una venda del cajón y me la amarre, me temblaban las manos, estaba muy nerviosa no tenia aun visión alguna, corte una flor de una de mis macetas y repetí una frase que nunca antes había captado, “lo único que sabemos en esta vida es que vamos a morir, lo único desconocido es cuando” obviamente para mi no había un problema con el cuando, baje de nuevo a la cocina me encontré con mi mamá que estaba frente al refrigerador sacando una botella de leche y un poco de jamón me senté en la mesa y vi de nuevo mi desayuno, comí un poco me sabia mal, tan mal que tuve que dejarlo, mi mamá se sentó a mi lado y me puso una mano en el hombro, después me abrazo.
-te sientes bien- dijo mientras me besaba en la mejilla.
- si estoy bien, ¿Por qué lo preguntas?-
- estas algo pálida y fría- dijo viendo a mis ojos yo desvié mi mirada era cierto que no me sentía muy bien, nunca antes me había sentido tan fatigada a las 7 de la mañana de cualquier forma tenia que apurarme debía ir al colegio y se me había echo ya bastante tarde en ese instante bajo mi papá, me acerque a darle los buenos días , pero al darle un beso en la mejilla me helé y vi claramente como lo acuchillaban en el pulmón izquierdo, sentí dentro de mi los 2 sentimientos más contrarios que una persona puede sentir dentro de si, alegría, infernal alegría por ver a alguien morir, sabia que no debería sentirla, y también sentía una tristeza profunda ambos sentimientos eran increíblemente potentes, además de todo sentía un terrible frió por dentro, con todo esto y sin poder controlarlo desmaye.
Me desperté algunos minutos después, a mi se me hicieron menos de 5 segundos pero el reloj no me mentía, al abrir los ojos vi a mi papá me levante de inmediato y lo abrasé, me sentía tan débil que pensé que no iba a poder sostenerme por mucho tiempo en pie, llore sobre su hombro durante unos minutos hasta que mi mamá salio de la cocina, mi papá entendió por que lloraba y se puso tan pálido que tuvo que sentarse a mi lado.
-amor por favor tráele a Cor un vaso con agua- dijo mi padre para que mi mamá se fuera un rato- ¿Cómo será?
-un cuchillo penetrara tu pulmón izquierdo, no llegaras al hospital, pero tendrás un lindo funeral- había vuelto por fin a mi, mi mirada ida y mi sarcasmo sádico.
Mi papá se reclino un poco en el sofá.
-me dolerá, ¿no es cierto?-dijo mientras que se ponía cada vez más pálido, sus manos temblaban.
-morirás de asfixia, no solo será el dolor del cuchillo atravesándote también empezaras a sentir la falta de aire, tu desesperación te llevara poco a poco a la muerte, a… por cierto sangraras bastante, pero no hay nada que pueda hacer…- me levante del sofá y di unos dos pasos antes de volver a caer en seco, mi papá me ayudo a levantarme y me abrazo, volví a llorar, mi mamá salio de la cocina corriendo y creyó que lloraba por el golpe de la caída y fue a traerme hielos.
-bueno creo que yo ya me voy- dijo me papá mientras me dejaba en el sofá.
-¿como que te vas?- pregunte susurrando- ¿Qué no entiendes que morirás?
-lo entiendo, tal vez no tan bien como tu pero estoy conciente de lo que esta apunto de pasarme, adiós Cor, espero que vivas muchos años y seas muy feliz- dijo mientras me abrazaba, cuando mi mamá salio de la cocina mi padre la abrazo y la beso durante un largo rato después salio por la puerta guiñándome el ojo, me quede acostada en el sillón con la excusa del desmayó, oía el tictac del reloj de la pared, así estuve durante horas hasta que dieron las 11:15 a esa hora me levante del sillón y empecé a caminar hacia la Av. Robinsón para encontrar el cadáver desangrado de mi padre y luego tenia que ir al hospital a ver a una señora que moriría por un paro respiratorio, al parecer asfixiarse estaba ala orden del día.

Salí diciendo a mi madre que necesitaba un poco de aire, ella no quería que saliera pero de cualquier forma lo hice, camine y camine por las calles intentando llegar un poco tarde al homicidio, sin embargo algo me incitaba a ir, con tan solo pensarlo me mordía el labio y caminaba con determinación pero luego pensaba que la única persona en la que realmente confiaba estaba apunto de morir atravesado por un cuchillo yo lo vería todo y no podría hacer nada, sinceramente hasta sabia que lo disfrutaría.

Por fin llegue a la callejuela donde todo sucedería, mi padre ya estaba hay su acecina reía con fuerza y decía a mi padre que como preferiría morir.
-sorpréndeme- dijo viendo hacia donde yo estaba y sonrió.
Luego la mujer saco una navaja de su chaqueta y riendo la enterró en el pecho de mi padre haciendo una herida de unos 15 a 20cm de largo.
Yo lo disfrute al grado de llegar a sonreír, me escondí un poco de lado de la pared ya que la acecina se encamino rápidamente hacia donde yo estaba y cuando salio me vio directamente a los ojos y susurro casi en un suspiro mi nombre “Cor”después vio la calle los coches iban lo suficientemente rápido como para atropellar a alguien y matarlo lo sabia por experiencia pero ella empezó a correr a través de ellos sin un miedo aparente solo corrió y cuando se encontraba ya del otro lado de la calle me saludo y entre un coche y otro se esfumo por completo.
Entre corriendo al callejón y me encontré con mi padre agonizando, me acerque y lo bese en la mejilla.
- te quiero mucho-
-yo también te quiero- dijo fueron las ultimas palabras que oí salir de su boca, llame a una ambulancia, a pesar de que sabia que no llegarían a tiempo luego simplemente espere sentada cerca de una pared a que muriera, su respiración era desesperada, se notaba su falta de aire, y la sangre se escurría con rapidez manchando el suelo y su blusa que en un principio era azul claro.

En cuanto murió llame a mi madre y la ambulancia llego unos 2 minutos después les pedí que lo llevaran al hospital por que hay le dije a mi madre que estaría, me llevaron a mi también, cumplí con mi servicio a la señora del paro respiratorio y después a un hombre joven al que le hicieron una operación de urgencia para intentar salvarle la vida.

Mi madre lloraba desconsolada en el cuarto, mas tarde fue el funeral hay yo también llore un poco pero nunca supe si estaba fingiendo o en verdad lo sentía.

Pasaron los días y la primavera se acercaba poco a poco como siempre mi prioridad fue la escuela, de vez en cuando las hipócritas de mis compañeras se acercaban a darme el pásame, pero corría por los pasillos el rumor de que yo misma había acecinado a mi padre con mis manos por haber sido encontrada en la escena del crimen y no poder dar datos concretos ni de la acecina ni de cómo encontré a mi padre, me hicieron varios análisis psicológicos sin encontrar nada inusual y también me hicieron pruebas de ADN y no se que otras idioteces hasta que por fin descartaron la posibilidad de que yo hubiera actuado de acecina .

También surgieron del asesinato de mi padre las burlas de un grupo de niñas, unas de esas perras a las que se conoce por la vida.
-pobrecilla tal vez su padre se suicido por que ya no la soportaba- decía Alina que era la perra mayor.
-si, o tal vez sea cierto lo que dicen, ella mato a su padre por que no tiene ni sentimientos la pobre- normalmente la segunda perra al mando era Loret, de cualquier forma en un principio sus bromitas me hicieron enojar pero después lo medite y pensé que algún día disfrutaría viéndolas morir.
Mientras tanto seguía con mis viajes por toda la ciudad buscando futuros cadáveres en la lista de putrefacción o incineración.

Pasaron cerca de dos semanas hasta que me di cuenta de lo realmente sola que me sentía sin mi fiel compañero, mi padre, muchas veces me permitía salir en la madrugada y regresar a la hora que me fuera necesario, de vez en cuando mi mamá nos pedía explicaciones sobre donde había estado, mi padre inventaba muy buenas excusas, pero ahora estaba totalmente sola y no podía salir durante las noches.

Además de todo cada día que pasaba durante uno o dos segundos recordaba el momento en el que la acecina de mi padre había dicho mi nombre, no lo podía entender, el recuerdo había tomado ya varias formas, talvez por lo mucho que me desconcertó, además de todo su mirada despreocupada, fría y vacía…cada vez que me veía al espejo veía mis ojos en los suyos, sabia que eran los mismos.

Algo que tampoco había notado era que el humano por más solitario que sea siempre necesitara de alguien para contarle sus sueños y secretos más profundos así que como mi padre ya había muerto de una dulce y perfecta manera tome a mi madre de inofensiva y pequeña victima de mis ataques de preguntas sobre la muerte, ella al escuchar las interrogantes simplemente me miraba con tristeza, hasta que una tarde soleada que comíamos en el jardín, le pregunte que como le gustaría morir, se levantó de su asiento y asiendo muecas como queriéndome decir algo salio de la cocina, después volvió a entrar.
-Cor, que es lo que… es acaso por…por la muerte de tu padre por que yo…no, no logro entenderlo- vi a sus ojos, estaban llenos de lagrimas, le temblaban las manos y no parecía estar totalmente conciente de lo que decía.
-solo era una pregunta-dije sin darle ninguna importancia a su rostro pálido y con expresión de preocupación.
-¡solo una pregunta!- suspiro y se sentó a mi lado- Cor es que acaso nunca has pensado en lo que para mi es la muerte, y lo importante que eres tu para mi, no se como cariño pero tu me salvaste la vida y deberías regalar ese milagro a toda persona que conozcas en vez de hacerles preguntas tontas.
Se levantó y se fue al jardín a hablar con sus flores, no me importo, después de todo ellas deberían entenderla mejor que yo. Toda esa tarde no me dirigió ni un instante la mirada salí y regrese bastante entrada la noche, por lo que ella me regaño, las cosas se habían vuelto tensas.
Algunos días después de eso me levante en la noche a algo así como las 2 o 3 de la madrugada, no había podido dormir, había tendido dos visiones perfectas del asesinato de 3 personas un hombre, una mujer y un niño de unos 11 o 12 años.
Tenia que ir a ver ese increíble asesinato, pero no podía, mi madre me castigaría si me oyera salir, y obviamente si lograba salir y regresaba después de que el sol ya hubiera nacido mi mamá no volvería a confiar en mi nunca, así que tomando todas las precauciones posibles salí de mi cuarto y me encamine hasta la puerta la cual abrí con muchísimo cuidado para que no rechinaran las hinchadas maderas que la componían.
Camine algunas calles abajo hasta que llegue a la central de camiones y después de ver la ruta que debía tomar abordé el autobús solamente habían en el dos personas más, un hombre de unos cuarenta años que llevaba un periódico entre sus manos y un joven no mucho mayor de 20 años que parecía estar dormido y se cubría son un abrigo delgado café claro, me senté el ultimo asiento del autobús esperando mi parada y pensando en algo que hacia que mi cabeza diera vueltas hasta el grado de que empezara a dolerme.
Algo pasaba, en el asesinato había visto a dos personas morir en primer lugar al niño y después al hombre, pero en esta segunda visión aparecía un tercer cadáver aparte del hombre al que vi morir, lo que quiero decir es que jamás vi a la mujer agonizar, era obvió que yo no podía ver a diario a todas las personas que morían… pero por primera vez en mi vida me pregunte si había alguien más que las viera, en ese momento el autobús se detuvo y el hombre del periódico bajo y el joven despertó se levanto y bajo también, dejamos la parada atrás y el camino siguió, me bajaría en la siguiente parada, en ese momento note que el conductor no apartaba sus pequeños ojos de mi, de pronto detuvo el autobús se levanto y empezó a acercarse a mi, su morbosa expresión me sugería lo que quería hacer, así que me levante y tomando un cuchillo que siempre llevaba en el bolsillo corrí lo mas rápido que pude a enterrárselo en el hombro después lo saque y el haciéndose para atrás por el dolor comenzó a gemir mientras que yo veía como corría su sangre lentamente por su pecho y por su brazo izquierdo.
Comencé a reír con una risa malévola, profunda y totalmente creada por poder ver el dolor del individuo en su rostro pálido por la herida, después por diversión, y solo por diversión enterré el cuchillo nuevamente pero esta vez en su otro brazo, el hombre ya me miraba como si yo fuera el mismísimo demonio y después de su grito de dolor sentí que ya era suficiente, saque el cuchillo lentamente para sentir su sufrimiento y limpiándolo con su ya completamente ensangrentada blusa me baje del camión y comencé a caminar sin saber bien el camino aunque estaba totalmente segura de que llegaría a tiempo para admirar la muerte del hombre y del niño.
Después de una cansada caminata de unos 20 a 30 minutos en los que jure que ya no podría más por el sueño encontré el sitio a la mitad del bosque, era una casucha mal construida, una de esas en donde nadie sabría lo que había pasado hasta que los cuerpos estuvieran ya casi totalmente putrefactos.
El juego aún no empezaba lo que fue una muy buena señal para mí, había llegado a tiempo.
La función empezó al fin, el hombre había entrado por jalando del pelo a la mujer que venia semidesnuda y algo ensangrentada lo que me sugirió un asesinato anterior al que estaba apunto de ver.
-¿¡que es lo que te sucede!?-gritó el hombre que llevaba un rifle en la mano sin embargo no hubo respuesta de la mujer únicamente volteo hacia mi y durante cerca de 2 minutos hubo un silencio de ultratumba que parecía interrumpirse solamente por mi respiración y por los latidos de mi corazón estaba intranquila algo no estaba bien el hombre veía fijamente a la ventana en la que yo estaba pensando que estaba segura, mi corazón palpito aun con mas fuerza y en un momento salí corriendo al ver que el hombre se dirigía a la puerta. Corrí lo más rápido que he corrido en mi vida, estoy segura, y me fui a resguardar debajo de las escaleras, casi no respiraba lo que parecía ser una pésima idea ya que cuando soltaba el aire hacia mas ruido del deseable, aguarde hay unos segundos pero de repente sentí que alguien se sentaba a mi lado y sin poder voltear siquiera sentí un cuchillo en mi cuello y una mano incuestionablemente de varón que me cubría la boca. Grite…
-¡Cállate idiota y no se te ocurra voltear!- ahora si no tenia dudas de que era un varón pero por más que lo intentaba no lograba distinguir ninguna de sus facciones. Hubo silencio nuevamente podía sentir la respiración de mi compañero en mi nuca y escuchaba el suave sonido de su agitado corazón ya que estaba recargada en su pecho, seguía sintiendo su miedo que se juntaba al mío ni siquiera me atrevía a moverme sudaba frío y nuevamente contenía mi respiración el mayor tiempo posible hasta que un sonido sordo me calmo el hombre volvió a subir las escaleras y cerro la puerta, respire con alivio…
Mi compañero redujo un poco la presión que había echo en un principio en mis labios y aparto un poco el cuchillo de mi cuello, yo me intente levantar sin embargo el me tiro nuevamente al suelo y puso su mano sobre mis labios y el cuchillo en mi cuello deje de sentirme aliviada nuevamente aunque me sentía cómoda y pensaba en que podría pasar si me moviera como siempre mi mente pensaba hacia la muerte.
No se cuanto tiempo estuve hay sentada solo se que no vi el asesinato y eso me volvía loca lentamente y también que seguía sin poder identificar como era el rostro de mi secuestrador.
Al fin el ruido se detuvo todo había terminado y mis manos temblaban de rabia por haberme perdido la función de 3 actos que tanto había anhelado ver.
Mis ojos se llenaron de lágrimas en segundos y mi compañero que al parecer si podía verme, las limpio con la manga de su camisa blanca después alejo su cuchillo de mi garganta y sin previo aviso me golpeo en la nariz y salio corriendo sin que pudiera ver su cara nuevamente, me levante como me fue posible y fui tras el, lo seguía lo mas rápido que podía pero estaba muy cansada además de que no podía dejar de temblar y mi sangre parecía estar hirviendo dentro de mis venas.
A pesar de todo logre seguir muy de cerca los pasos de mi prófugo que parecía estarse internando cada vez mas en las entrañas oscuras del bosque, sin embargo de la nada desapareció de mi vista dejándome en un lugar que en un principio me pareció un claro por la falta de árboles hasta que una luz me cegó de repente… escuche el rechinar de unos frenos… y unos segundos después caí sobre el asfalto gris y duro de la carretera que me rompió más de una costilla.
De hay no recuerdo nada, posiblemente me golpee en la cabeza y entre sueños llegue a escuchar la voz de una mujer que gritaba con histeria algo sobre un hospital.
Al día siguiente abrí los ojos poco a poco y la luz del día me deslumbró por completo, cubrí mi vista con una de mis manos en lo que me acostumbraba a la luminosidad que me rodeaba y note que sobre mi había una sombra extraña que poco a poco fue tomando forma, era una mujer de unos 30 años, me reí un poco de la ironía de la vida ya que casi un mes atrás presencie como esa misma mujer había perdido a una de sus hijas en un accidente muy parecido al que acababa de tener conmigo, recuerdo que la ultima vez que la vi estaba cubierta de sangre y lloraba sin consuelo, ahora no era muy diferente lloraba y pasaba con suavidad su mano fría sobre mi cara, como intentando encontrar a su hija en mi… ilusa… ella era la persona que menos quería ver morir a la pequeña de al parecer 7 u 8 años y yo era la que más lo deseaba.
El ver sus lagrimas resbalar lentamente por sus pálidas mejillas me llenaba de ira y se notaba en mi respiración, era una ira inexplicable y no conocía su raíz solo la sentía.
Murió por tu culpa- dije a un volumen que solo ella pudo escuchar, la vi empalidecer y después un terrible dolor en mi tórax me hizo desmayar.
Algunas horas después volví a despertar, nuevamente tarde un poco en acostumbrarme a la luz, mi acompañante ya no estaba sentada a mi lado, en cambio ahora estaba sentada en un pequeño sillón verde esmeralda y a su lado estaba mi madre, sobra decir que me quede casi completamente sin aire, volví a cerrar los ojos y golpe la cama con mi puño, me dolió mas de lo que esperaba por lo cual tuve que inhalar con fuerza para evitar gritar algo de lo que después me arrepintiera.
Voltee mi cabeza suavemente hacia la ventana que había cerca de mi cama al parecer eran pasadas las 10:00A.m el cielo estaba seminublado